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Mímica

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El mimo Lindsay Kemp, fotografiado por Allan Warren.

La mímica (del latín «mimîcus», y este del griego «μιμικός», ‘mimikós’),[1]​ es un medio de expresión no verbal a partir del lenguaje corporal y gestual.[2][3]​ Usada para transmitir una idea o un discurso dramatizado, es uno de los más primitivos modos de expresión artística para enfatizar sentimientos o emociones, tanto en representaciones dramáticas como en la danza.[4]​ Asimismo, mímica puede aparecer como sinónimo de representación y arte de imitar.[5]

Más allá del género teatral griego,[6]​ la mímica y el mimo se desarrollarían a partir de la Commedia dell'Arte (aunque en ella prescinde de la gestualidad facial al quedar determinada por la máscara),[7]​ y el baile pantomímico,[6]​ como recurso para expresar los sentimientos del personaje, hasta alcanzar en las diversas propuestas del ballet su más compleja sofisticación.[8]​ A pesar de su presencia en las danzas tribales de todo el mundo,[a][9]​ o en ejemplos del mimo danzado como la harlequinade,[10]​ la mímica, en opinión de algunos expertos,[2]​ ha quedado acotada para designar «los movimientos fisionómicos o la expresión facial».[11]

Mímica teatral

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Antonin Artaud, en 1964, diferenciaba «diez mil y una expresiones del rostro, consideradas como máscaras», asegurando que podrían ser «etiquetadas y catalogadas y puestas, directa o simbólicamente, al servicio del lenguaje concreto del escenario».[7]Grotowski, sin embargo, consideraba en 1971 que «el actor debe componer por sí mismo una máscara orgánica con sus músculos faciales y hacer que cada personaje mantenga la misma “mueca” a lo largo de toda la obra»; un control de la expresión que también ponderaba Brecht (1972). Las citas, recogidas por el lexicólogo Patrice Pavis, se rematan con la imagen sugerida por el teórico francés de que «el rostro se convierte en un decorado ambulante (...) el lugar donde el sentido dibuja signos en la carne».[7]

Notas

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  1. Javier de Torres en su estudio sobre Las mil caras del mimo, expone que la «la mímica es un arte, cuando menos, paleolítico» y lo contextualiza en «un teatro prehistórico protagonizado en buena medida por la pantomima (...) que de la mano de un sentido mágico creaba peculiaridades que aun se conservan en la actualidad en ciertos folclores». Así, por ejemplo, diversas culturas como las tribus nativas de Australia y las de Polinesia, desarrollaron el baile como un medio de comunicación no verbal en el que se recurría a la mímica para la representación de historias.

Referencias

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  1. Real Academia Española. «mímica». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Primera, segunda y tercera acepciones del término
  2. a b Pavis, 1996, pp. 291-294.
  3. Torres, 2000, p. 9.
  4. «mímica». wordreference.com. Consultado el 27 de abril de 2018. 
  5. Gómez García, 1998, p. 552.
  6. a b Dieterich, 2007, p. 235.
  7. a b c Pavis, 1996, p. 292.
  8. Pavis, 1996, p. 293.
  9. Torres, 2000, p. 28.
  10. . «The History of Mime». Tripod (en inglés). Consultado el 27 de abril de 2018. 
  11. Pavis, 1996, p. 291.

Bibliografía

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Véase también

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Enlaces externos

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