Idioma puquina

lengua extinta de los tiahuanacotas, perteneciente a la parcialidad arahuaca
(Redirigido desde «Idioma pukina»)

El puquina o pukina fue una lengua andina, actualmente extinguida, que era hablada en el altiplano del Collao y sus alrededores, en los territorios de los actuales Bolivia, Perú y Chile. A pesar del escaso material documentado sobre esta lengua, fue considerada una "lengua general" a la par que el quechua y el aimara en el siglo XVI.[1]​ Aunque parece haberse extinguido en la primera mitad del siglo XIX,[2]​ ha dejado una importante contribución léxica en la toponimia y en las lenguas de la región.

Puquina
Hablado en Pucará
Tiahuanaco
Tahuantinsuyo
Collas
Región Alrededores del lago Titicaca, América del Sur, Bolivia, Perú, norte de Chile
Hablantes Lengua extinta (siglo XVIII)
Familia Lengua aislada
  Pukina
Escritura Alfabeto latino
Estatus oficial
Oficial en Bolivia Bolivia
Códigos
ISO 639-3 puq

Distribución de puquina ca. 1600, toponimias puquinas, y etnias puquinas preincaicas

El principal documento indubitablemente puquina lo forman un conjunto de oraciones en la lengua publicadas en 1607 como parte del Rituale seu Manuale Peruanum de Luis Jerónimo de Oré. Asimismo, el origen de buena parte del vocabulario del idioma kallawaya se ha identificado como de origen puquina. Respecto de su rol en el pasado prehispánico, por una parte, se ha propuesto su vinculación con la civilización tiahuanacota,[3]​ e incluso con sus antecesoras, las culturas pucará y chiripa.[4]​. Por otra parte, se ha propuesto que el grupo étnico de los fundadores de la civilización inca habría tenido un origen puquina-hablante e, incluso, que la llamada "lengua particular de los incas" habría sido una variedad de sustrato puquina.[5]

Durante el siglo XX, se propuso la identidad o el parentesco lingüístico del puquina histórico con las lenguas de la familia uru-chipaya, relación que ha sido desmentida por los especialistas a través de la comparación léxica.[6][7]​. Del mismo modo, se sabe que hasta hoy algunos grupos hablantes de las lenguas de esta otra familia lingüística utilizan el glotónimo puquina para referir a sus lenguas,[8][9]​ lo que hace necesario prevenir confusiones.

Desde la promulgación de la Constitución Política de 2009, el puquina es jurídicamente una de las 36 lenguas indígenas oficiales del Estado Plurinacional de Bolivia.[10]

Historia

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Los únicos textos escritos en puquina que se conocen son los publicados en el Manuale seu Rituale Peruanum del franciscano huamanguino Luis Jerónimo de Oré, impreso en Nápoles en 1607, según el ejemplar encontrado en la Biblioteca Nacional de París.[11]​ Según anotación del propio Oré, estos serían una versión ampliada de una versión previa, hoy perdida, preparada por Alonso de Barzana, que según otras versiones se habría editado en Lima en 1594. El corpus de Oré constituye el único material que se considera indubitablemente asignable a la lengua.

Respecto de la prehistoria andina, en base a la evidencia toponímica y cronística, es hoy consensual entre los investigadores que la lengua tuvo una presencia bastante antigua en el altiplano andino, por lo menos remontable un milenio antes del presente, a diferencia del quechua y el aimara. Consecuentemente, se ha propuesto la correlación entre la cultura tiahuanaco y esta lengua,[3]​ así como con sus antecesoras, las culturas pucará y chiripa.[4]​ Tras el declive tiahuanacota, el proto-aimara sureño y el proto-quechua sureño habrían ido desplazando a la antigua lengua altiplánica.

Para el momento de la colonización española, el puquina habría cedido ya bastante su antigua hegemonía, pero habría sido lo suficientemente hablada en la región de Arequipa como para que en 1575 el virrey Francisco de Toledo la haya considerado una "lengua general" y haya mandado doctrinar en la lengua.[12]​ Hacia el año 1600, de un total de 140 parroquias en el obispado de Charcas, 20 de ellas (el 14,3 %) incluían población autóctona que hablaba la lengua puquina. Su número en estas parroquias era suficiente como para requerir que el cura párroco —o sus ayudantes— conociesen el idioma. Solo una parroquia —compuesta por dos pueblos, Coata y Capachica (Copia 1600, n.º 55)— estaba habitada exclusivamente por puquinahablantes. Esta se ubicaba en el corregimiento o provincia de Paucarcolla en el actual departamento peruano de Puno.[13]

La desaparición de esta lengua se produce a fines del siglo XVIII; los últimos registros de hablantes Puquinas proviene de contados textos donde se constató, además, que en una fecha tan tardía como la primera mitad del siglo XVII (1638), las constituciones del primer sínodo del obispo de Arequipa ordenaban a «los curas de los pueblos de Arrumas (Carumas), Ilabaya y Locumba que son los que mejor conocen la lengua traduzcan en esta lengua un catecismo y diversas oraciones».[14]​ Según la Visita de Antonio Álvarez y Jiménez (1792), Gobernador-Intendente de la Intendencia de Arequipa, se consideraba como necesaria «la abolición de la lengua, no siendo fácil el aprendizaje en muchos pueblos de los partidos de Condesuyo, Caylloma, Arequipa, Moquegua, Arica y Tarapaca que en su mayoría hablan el quechua y aymara».

Posible rol en el surgimiento de la civilización incaica

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La hipótesis puquinista sobre el origen de la civilización incaica parte de atribuir verosimilitud a la tradición oral recogida por los cronistas que adjudicaba una procedencia altiplánica (zona puquina-hablante) a los fundadores de esa civilización y el futuro imperio incaico. A dicha evidencia se le suman las noticias cronísticas, principalmente garcilasianas, sobre la existencia de un "lenguaje particular" de la nobleza incaica. El principal elaborador de esta hipótesis ha sido el destacado lingüista peruano Rodolfo Cerrón-Palomino.

Se trata de un modelo sobre un proceso de migración y de sustitución lingüística posiblemente ocurrido a lo largo los siglos posteriores al colapso de la civilización Tiahuanaco. Si bien existe amplia toponimia puquina en el valle del Cuzco, esto ha sido atribuido a una presencia puquina muy temprana en la zona (alrededor del Horizonte Temprano), de la que luego habría desaparecido.[15]​ Según el modelo puquinista sobre los incas, el grupo étnico fundador de la civilización incaica habría sido de origen étnico altiplánico colla y puquina-hablante. Habrían migrado en dirección noroeste poco tiempo después del colapso del imperio tiahuanacota, circa el año 1200 d. C. Una vez asentados en la zona aimara-hablante del Cuzco, la elite del curacazgo incaico habría abandonado su lengua de origen, conservándola únicamente en ciertos términos institucionales y nombres propios. Se ha propuesto también que el llamado "lenguaje particular de los incas" habría sido o una variedad puquina o una variedad aimara con rasgos de pronunciación y léxico puquinas. Esta propuesta se ve limitada por el carácter escasamente documentado del idioma puquina altiplánico y la poca evidencia cronística en ese sentido. Cerrón-Palomino ha propuesto la premisa metodológica de atribuir a esa lengua buena parte del léxico indígena surperuano y del altiplano del Collao que no sea reconstruible a las lenguas protoquechua, protoaimara ni proto-uro, premisa que ha sido objetada por otros investigadores.[16]​ Ese investigador ha ofrecido múltiples etimologías puquinas de términos incaicos en diversos trabajos,[17][18][19][20][21]​ así como de algunos morfemas quechuas y aimaras.[22]

Descripción lingüística

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Las investigaciones sobre las características lingüísticas del puquina se realizan a partir del corpus de Oré (junto a algunas noticias cronísticas menores), y a partir de la evidencia léxica y onomástica (principalmente toponímica) de la región. Entre los lingüistas que han estudiado tales fuentes se encuentran el francés Raoul de la Grasserie a finales del siglo XIX,[23]​ y, más recientemente, Alfredo Torero,[24]Rodolfo Cerrón Palomino, Federico Aguiló,[25]Willem Adelaar, Simon van de Kerke y Nicholas Emlen.

Hipótesis sobre su clasificación

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El puquina se considera una lengua aislada ya que no ha podido probarse firmemente parentescos con ninguna otra lengua de la región andina, ni de otras partes de América del Sur. Se ha sugerido una relación con las lenguas arahuacas, sobre la base de algunas marcas posesivas (1.ª no-, 2.ª pi-, 3.ª ču-) similares a las formas de sujeto de dichas lenguas (1.ª *nu-, 2.ª *pi-, 3.ª *tʰu-). Jolkesky (2016:310-317) ha presentado, además, posibles cognados lexicales entre el puquina y lenguas arahuacas, proponiendo que dicha lengua pertenece al putativo tronco macro-arahuaco. Sin embargo, tal hipótesis aún carece de una comprobación científica contundente.

Al respecto, Adelaar y van de Kerke (2009:126) señalan que si de hecho el puquina forma parte de las lenguas arahuacas, su separación de esta familia debe haber ocurrido en una fecha relativamente temprana; por ello, como sugieren los autores, es importante que la posición del puquina sea tomada en cuenta en el debate aún abierto del origen geográfico de la familia arahuaca, Tal consideración fue retomada por Jolkesky (op.cit., 611-616) en su modelo arqueo-ecolingüístico de diversificación de lenguas macro-arahuacas. Según este autor, el proto-macro-arahuaco habría sido hablado en la cuenca del Medio Ucayali en el inicio del 2.º milenio antes de nuestra era y sus hablantes habrían producido en dicha región la cerámica Tutishcainyo.

Fonología

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Según Adelaar y van de Kerke (2009: 128), hay indicaciones de que el puquina hacía una distinción entre las vocales a, e, i y o/u. A diferencia del quechua y el aimara, la oposición entre las vocales [e] y [i] en el puquina está bien establecida en los documentos. El contraste entre [o] y [u] es menos convincente, según los autores, aunque se encuentran ejemplos que sugieren tal contraste, como <no> ‘mi’ y <nu> ‘quién’. Es probable, además, la existencia de vocales largas, como se observa en los ejemplos <raago> ‘varón’ y <too-> ‘traer’.

En cuanto al sistema de consonantes, Adelaar y van de Kerke (2009: 128) señalan que las oclusivas sordas parecen haber ocupado cinco posiciones articulatorias: bilabial (p), alveolar (t), palatal (ch), velar (k) y postvelar (q). Como señalan los autores, todas las consonantes oclusivas parecen participar en procesos de suavización, que resultan en oclusivas sonoras (g, G) o en resonantes (w, r, ll). Es probable, además, la existencia de un proceso de endurecimiento consonántico, opuesto al anterior, que puede ocasionar una pérdida parcial de la nasalidad en consonantes nasales. Al lado de las oclusivas simples, el puquina presenta una serie de combinaciones consonánticas con s inicial, como p.ej. sper ‘cuatro’, huc.sto ‘uno’.

El inventario consonántico puquina incluye, además, tres nasales (n, m, ñ) con sus respectivas variantes semidesnazalizadas, una lateral o africada sonora palatal (ll), una vibrante (r) y dos semi-vocales (w, y). Torero (2002) distingue, además, tres fricativas (s, sh, h). Según Adelaar y van de Kerke (2009:130), la existencia de una oclusión glotal al interior de la palabra parece obvia, como se observa en <se e ~ sehe> ‘corazón’, donde la oclusión glotal es representada como un vacío o como <h>.

Bilabial Alveolar Postalveolar Palatal Velar Uvular Glotal
Nasal m n /ɲ/ ñ
Oclusiva p t /c/ ch k q /ʔ/ h
Fricativa s /ʃ/ sh /χ~h/ h
Aproximante Lateral /ɟʎ̝~ʎ/ ll
Vibrante r

Comparación léxica

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Los pronombres personales del puquina revelan el uso de sufijos de plural procedentes del quechua, así como terminaciones para la primera persona inclusiva y exclusiva tomados también del quechua. Sin embargo, la forma básica de la raíces pronominales no muestra similitudes con ninguna otra lengua andina vecina del puquina:[26][27]

GLOSA Puquina proto-
Uru-chipaya
proto-
Quechua
proto-
Aimara
proto-
Arawak
1.ª persona
singular
nisi,
ni
*wir- *nuqa *naya *nʊ- / (*-na)
2.ª persona
singular
chuu,
pi
*am(t) *qam *huma *pɨ-
3.ª persona
singular
chuynin,
chu
*ni (masc)
*am (fem)
*pay *hupa *ri (masc)
*thu (fem)
1.ª persona
plural (incl.)
nisinchis,
señ
*ucum *nuqanchik *jiwasa *wa-
1.ª persona
plural (excl.)
nisiyku *nuqaniku *na(naka) *wa-
2.ª persona
plural
chuukuna *amcuk *qamkuna *huma(naka) *hi-
3.ª persona
plural
chuyninkux *ninaka (masc)
*ninak (fem)
*paykuna *hupa(naka) *na-

Las formas breves mencionadas por Adelaar son usadas en contextos restringidos.

Los numerales comparados con las mismas familias anteriores son:[28]

GLOSA Chipaya Uru [29]​ Puquina [30]Colla proto-
arawak
proto-aru proto-
quechua
1 tsi ši pesk uksi *aba- *maya *suk
2 pišk piske so *pʊhinama *paya *iškay
3 čep čep kapak kapi *kama-
*mapa-
*kimsa
4 paxpix pácpic sper pily *pinti *pusi *çusku
5 paanucu takpa čisma *picqa
6 pacchui čiču taxwa *suqta
7 tohoro stu qaxsi *qançis
8 cohonco kino wasa *pusaq
9 sankau čeka nuki *isqun
10 kalo skata qhoča * *çunka

Morfosintaxis

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En cuanto a los rasgos morfosintácticos del puquina, se puede señalar lo siguiente (Adelaar y van de Kerke, 2009: 130-142):

  • Desde el punto de vista morfológico, el puquina puede ser considerado como una lengua híbrida. En la morfología verbal predomina la estructura aglutinativa y sufijadora, así como en las lenguas andinas aimara y quechua; sin embargo, el sustantivo exhibe un sistema de posesores personales parecido en forma y función a aquel de las lenguas arahuacas amazónicas y totalmente distinto de lo que se suele encontrar en el quechua y en el aimara. Estas marcas de posesión personal se comportan como elementos proclíticos, como se observa en (1):
(1) no atot hucha-ø-ø-(a)nch
1.PSR grande pecado-COP-3.S-DCL
‘Es mi gran pecado.’
  • En cuanto a la marcación de relaciones que unen la frase nominal con el verbo en calidad de complemento circunstancial, el puquina hace uso de sufijos y posposiciones de caso, y en ese sentido se acerca más a las lenguas centroandinas. El papel de objeto queda muchas veces sin marca, aunque en algunos ejemplos se encuentra un sufijo -c ~ -x, que parece indicar un objeto o una meta. La función de sujeto no se marca, pero sí el agente ergativo de tercera persona, cuya terminación es -s (~ -sa). Por su carácter ergativo, el puquina figura como un caso único dentro de las lenguas centroandinas.
  • En lo que respecta a la morfología nominal específicamente, además de la marcación de persona poseedora a través de proclíticos, el puquina dispone de un sufijo, -gata, para marcar número en los sustantivos, como en atago-gata [mujer-PL] 'mujeres'. Se observan también procesos de reduplicación para marcar pluralidad, como p.ej. coacoa ‘ídolos’. El puquina presenta, además, diversos marcadores de caso, tales como -s ‘ergativo’, -c ~ -x ‘acusativo', -guta(c) ‘alativo’, -na y -ut ‘locativos’, entre otros. A manera de ejemplo, se presenta la siguiente oración puquina, en la que se observa los casos instrumental coordinativo (INS) y locativo (LOC):
(2) ni-ch baptiza-gue-nch Iqui-m Chuscu-m Spiritu sancto-m men-ut
yo-ERG bautizar-1.S-DCL Padre-INS Hijo-INS Espíritu Santo-INS nombre-LOC
‘‘Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.’’
  • Como señalan Adelaar y van de Kerke (2009: 134), un fenómeno particular del puquina, en lo que respecta a la morfología nominal, es la existencia de marcas del vocativo, como se observa en (3):
(3) apu-re Iesu Cristo
Señor-VOC Jesucristo
‘¡oh gran Señor Jesucristo!’
  • En cuanto a la morfología verbal, el puquina marca la persona de sujeto en el verbo, además presenta distintas combinaciones de sujeto y objeto, conocidas también como 'transiciones'. Se observa también un sufijo -s ‘inverso’ para indicar que la terminación no refiere al actor, sino a un paciente. La pluralidad (de sujeto u objeto) se indica agregando el sufijo -(e)n antes de las terminaciones de persona o de la marca de inverso, como se observa en (4):
(4) pampacha-(e)n-s-que-(a)nch
perdonar-PL-INV-1.S-DCL
‘Él nos perdona.’
  • El tiempo futuro se indica en el verbo mediante un sufijo -qui ~ ‑que ~ -gui ~ -gue, como se observa en (5). Aparte del futuro, los documentos no proporcionan mayor información sobre los tiempos verbales del puquina. Sí se registran, sin embargo, algunas formas del modo imperativo (IMP), como en (6), y potencial (POT), como en (7):
(5) apa pampacha-qui-en-s-p-anch
no perdonar-FUT-PL-INV-2.S-DCL
‘No les va a perdonar a uds.’
(6) holla-suma
hablar-2.IMP>1.O
‘¡Háblame!’
(7) pacta Dios yqui-s katto pacas-guta paña-gue-s-pi-(i)sca
cuidado Dios padre-ERG interior mundo-AL echar-FUT-INV-2.S-POT
‘¡Cuidado que Dios no te vaya echar al infierno!’
  • Un rasgo importante de la morfosintaxis del puquina es la nominalización, la cual se realiza a través de tres sufijo: -no, -eno y -su. Mediante el sufijo ‑no se forma un infinitivo, que se refiere a la acción en forma abstracta, como p.ej. halla-no [morir-INF] 'morir', 'muerte'. Este nominalizador es usado también para presentar la acción como obligación o necesidad. El sufijo -eno indica un agentivo y refiere a la persona que ejecuta la acción expresada por la base verbal, como p.ej. hall(a)-eno [morir-AG] 'el que muere'. El sufijo -su (o ‑so) marca un participio pasivo, es decir, la persona o el objeto afectados por la acción expresada por la base verbal, como p.ej. casara-so [casar-PTCP] 'casado'
  • El puquina presenta, además, procesos de subordinación, que se parecen mucho a aquellos del quechua. Cuando los sujetos de la cláusula subordinada y la cláusula matriz son idénticos, se utiliza la terminación -tahua ~ -rahua ~ -lahua ~ -pahua, como se observa en (8). Cuando los sujetos de ambas cláusulas son diferentes, se utiliza la forma asu, como en (9).
(8) po sehe sip-sca-tahua a-ta
2.PSR corazón golpear-RFL-SUB decir-2.IMP
‘¡Golpeándote el pecho di …!
(9) apa confessa-sca-pi asu-ga
no confesar-RFL-2.S SUB-TOP
‘cuando no te confiesas …’
  • En puquina, existen distintas maneras para expresar el verbo 'ser', como, por ejemplo, a través del verbo caha-, que indica existencia, como en (10), a través del verbo cuma ‘sentarse’, como en (11), o a través de un verbo auxiliar 'cero', como en (12):
(10) ucsto-nca çapa Dios caha-ø-(a)ñ-ao
uno-ASG único Dios estar-3.S-DCL-ENF
‘Existe solo un Dios único.’
(11) taga-so cuma-ø-(a)ñ-ao
enterrar-PTCP sentarse-3.S-DCL-ENF
‘Él está enterrado.’
(12) no se e-na-ø-v-añ-ao
1.PSR corazón-LOC-COP-2.S-DCL-ENF
‘Estás en mi corazón.’
  • El puquina presenta, además, varios sufijos o clíticos que funcionan en el nivel del discurso o de la oración, como p.ej. el sufijo -(i)y que aparece en preguntas, como en (13):
(13) quiñ hata-nu-ø-y
qué querer-PL-3.S-INT
‘¿Qué quieren ellos?’

Muestra de texto

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Algunos textos en puquina:[31]

El Padre Nuestro

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Señ Iki, hanigo-paqas-kuna-na ascheno, Po Mana upallisso hanta
Nuestro Padre, que en los cielos estás, Tu Nombre santificado sea,
Po qapa-qa aschano señ-guta wachunta.
Tu reino existente, a nosotros venga.
Po hatano kallaqano hanta.
Tu voluntad realizada sea.
Kiguri hanigo-paqas-na ehe, qo qa-paqasna hamp.
Así como en los cielos, también en este reino sea.
Qaa gamen-qe yeye-sumano señ-guta gamen señ t'anta.
Hoy día danos a nosotros, el pan nuestro diario.
Señ jucha-qe pampache-sumao, kguri señ-guta juchachasqeno-guta
Nuestras ofensas perdónanos, así como a quienes nos ofendieron
pampachaganch-kagu.
nosotros perdonamos.
Ama ehe akro-sumao jucha-guta señ hotona,
No que caigamos en el pecado permitas.
Ena-hata señ q'espirin-sumao.
Antes bien, líbranos (del mal).

Oración "Yo confieso a Dios"

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Ni juchasapa, win atipeno Dius-guta confesasqaqench, wiñaya Virgen
Yo pecador, al Todopoderoso Dios me confieso, a la siempre Virgen
Maria-guta, San Miguel Arcangel-guta, S. Juan Bautista-guta,
Aposto! María, a San Miguel Arcángel, a San Juan Bautista, a los
kuna-guta, qoma santo-kuna-guta. Pi, Pateros-guta hamp, huntu
apóstoles, y a todos los santos. Y a ti, Padre (quien sea), mucho he
ju-chachasqaqench. Ki illnm, jollassum, qallaqano hamp.
pecado. De pensamiento, palabra, y de obra que sea.
Juchachasqaqench, juchachasqaqench, huntu juchachasqaqench.
Porque he pecado, porque he pecado, porque mucho he pecado.
Qo wichna upalliqench wiñaya Virgen María,... etc. Qoma santokuna
Por esto suplico a la siempre Virgen María,... etc. A todos los
Pi, Padrena hamp, Señ Dius Apu upallino wichna.
santos, y tú, Padre, quien seas, ruega a nuestro Dios y Señor.

Referencias

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  1. Torero, Alfredo (2005). Idiomas de los Andes: lingüística e historia. Filología, lingüística (2a ed edición). Ed. Horizonte. p. 389. ISBN 978-9972-699-38-2. 
  2. Adelaar, W. & Van de Kerke, S. (2009). Puquina. En Crevels, M., & Musken, P. (Eds.), Lenguas de Bolivia (Vol. 1: Ámbito Andino, pp. 125-146). La Paz: Plural, p. 125.
  3. a b Torero Fernández de Córdova, 2005, p. 48.
  4. a b Cerrón-Palomino, Rodolfo (24 de marzo de 2010). «Contactos y desplazamientos lingüísticos en los Andes centro-sureños: el puquina, el aimara y el quechua». Boletín de Arqueología PUCP (14): 255-282. ISSN 2304-4292. Consultado el 9 de agosto de 2020. 
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  6. Torero Fernández de Córdova, A. (1987). Lenguas y pueblos altiplánicos en torno al siglo XVI. Revista Andina, 19, 171-191.
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  8. Cerrón-Palomino, R. (2006). El chipaya o la lengua de los hombres del agua. Lima: PUCP, p. 22.
  9. Cerrón-Palomino, R., Barrientos Quispe, J., & Cangahuala Castro, S. (2016). El uro de la bahía de Puno. Lima: PUCP, pp. 27-28.
  10. Constitución Política de Bolivia
  11. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Sin-nombre-p3F7-1
  12. Torero Fernández de Córdova, 2005, p. 389.
  13. Domínguez Faura, Nicanor (24 de marzo de 2010). «Para una cartografía de la lengua puquina en el altiplano colonial (1548-1610)». Boletín de Arqueología PUCP (14): 309-328. ISSN 2304-4292. doi:10.18800/boletindearqueologiapucp.201001.015. Consultado el 3 de marzo de 2024. 
  14. Bouysse-Cassagne, Thérèse (24 de marzo de 2010). «Apuntes para la historia de los puquinahablantes». Boletín de Arqueología PUCP (14): 283-307. ISSN 2304-4292. doi:10.18800/boletindearqueologiapucp.201001.014. Consultado el 23 de agosto de 2024. 
  15. Cerrón-Palomino, Rodolfo (2021). «Otra vuelta de tuerca: la etimología de 'quechua' en quechua y aimara». Indiana 38 (2): 159-177. doi:10.18441/ind.v38i2.159-177. 
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  17. Cerrón-Palomino, Rodolfo (2008). Voces del Ande : Ensayos sobre onomástica andina. Lima: PUCP. ISBN 9789972428562. doi:10.18800/9789972428562. 
  18. Cerrón-Palomino, Rodolfo (2013). Las lenguas de los incas : el puquina, el aimara y el quechua. Berlín: Peter Lang. ISBN 978-3-653-02485-2. doi:10.3726/978-3-653-02485-2. 
  19. Cerrón-Palomino, Rodolfo (2016). «El lenguaje como hermenéutica en la comprensión del pasado: a propósito del puquina en la génesis del imperio incaico». Diálogo Andino 49: 11-27. doi:10.4067/S0719-26812016000100004. Archivado desde el original el 18 de julio de 2018. Consultado el 27 de febrero de 2024. 
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  22. Cerrón-Palomino, Rodolfo (2020). «La presencia puquina en el aimara y en el quechua: aspectos léxicos y gramaticales». Indiana 3 (1): 129-153. doi:10.18441/ind.v37i1.129-153. 
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Bibliografía

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Enlaces externos

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